En cuestión de semanas el panorama político que rodea a Bitcoin ha experimentado una transformación dramática. Este cambio, que podríamos calificar como sísmico, estuvo marcado por una decisión fundamental de destacadas figuras políticas y del Senado de Estados Unidos, que condujeron a este criptoactivo a la vanguardia de las próximas elecciones presidenciales.
Si bien el presidente Joe Biden había prometido vetarlo, el mismo día en que el Senado revocó la controvertida regla SAB-121 de la SEC con un apoyo bipartidista abrumador. El expresidente Donald Trump declaró sorprendentemente: «Si apoyas la criptografía, vota por Trump»
Esta posición contrasta marcadamente con la adoptada por la administración Biden y el partido Demócrata, el cual ha sido bastante hostil hacia el Bitcoin, en especial la senadora Elizabeth Warren y su «Ejército Anticripto».
La estrategia de campaña de Trump ha ido incluso más lejos al anunciar que aceptaría donaciones de criptomonedas y ha prometido construir un «ejército de criptomonedas". Las palabras del candidato republicano fueron: «La sustituta de Biden, Elizabeth Warren, en un ataque a la criptomoneda dijo que estaba construyendo un 'ejército anticripto' para restringir el derecho de los estadounidenses a tomar sus propias decisiones financieras…"
En contraste, el discurso de Trump va orientado hacia los partidarios de MAGA (Make American Great Again), a quienes ha presentado ahora una nueva opción de criptomoneda, prometiendo así construir un ejército criptográfico que moverá la campaña a la victoria el 5 de noviembre de 2024.
Este apoyo vocal del candidato a las elecciones presidenciales parece haber hecho que el Partido Demócrata se replantee su estrategia anticripto. De hecho, a raíz del anuncio de Trump, ha habido varias victorias legislativas, en particular con el apoyo bipartidista.
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