Por Moris Beracha
Han transcurrido 15 años desde la aparición del llamado libro blanco (white paper) de Satoshi Nakamoto, donde se explica cómo funciona el Bitcoin y como este criptoactivo puede ser utilizado como una moneda global y descentralizada.
El éxito de esta inversión y su aceptación en la economía mundial es un hecho innegable. Sin embargo, todavía se escucha con frecuencia a personas que no poseen Bitcoin decir: "No puedo permitirme comprar un Bitcoin entero".
Algunas respuestas pedagógicas que ayudan a esclarecer este tipo de planteamiento pueden partir de explicar que, así como podemos pagar por cualquier bien, cuyo valor esté por debajo de 1 dólar con varias monedas (centavos), también se puede dividir 1 Bitcoin en fracciones más pequeñas llamadas satoshis.
Con ellos se pueden cancelar pagos de cualquier valor. Un satoshi equivale a 0,00000001 BTC, o dicho de otra forma 1 Bitcoin = 100 millones de satoshis; lo que hace que Bitcoin sea una moneda muy práctica de usar y adecuada para la adquisición de cualquier bien -desde ofertas de propiedad hasta micropagos- por valor de unos pocos centavos de dólar.
Las transacciones de Bitcoin se componen de múltiples entradas y salidas, que permiten que el valor de BTC se divida en partes más pequeñas antes de ser enviado a algún lugar o combinado para crear una cantidad mayor.
Esta característica es súper importante porque te permite comprar bienes más costosos y/o más económicos con 1 Bitcoin. No es necesario que envíes ni recibas un Bitcoin completo durante una transacción. El BTC se puede dividir en partes más pequeñas o combinar para hacer una cantidad mayor.
La tecnología BTC tiene entre sus beneficios la privacidad. En los sistemas bancarios tradicionales, se dice que toda la información sobre las transacciones del usuario suele estar protegida y ser privada, pero en realidad no está exenta de fraudes. En contraste, Bitcoin tiene como objetivo ser una cadena de bloques pública transparente e inmutable. Sin embargo, no significa que no proteja la privacidad de sus usuarios cuando realizan transacciones.
Todas las transacciones de Bitcoin se registran en su cadena de bloques sin revelar información personal, y las partes en cada transacción solo se identifican mediante una clave pública alfanumérica única. Para mantener la seguridad, Bitcoin requiere una clave privada que solo el usuario conoce y que utiliza para firmar una transacción.
No obstante, todas las transacciones de Bitcoin se pueden rastrear hasta su clave pública, también conocida como una dirección pública, que puede vincularse con su identidad real si ha completado la verificación de Know-Your-Customer (KYC) (conozca su cliente) en un intercambio centralizado en algún lugar anteriormente. Esto con el fin de cumplir con las regulaciones contra el lavado de dinero (AML). Por lo tanto, el Bitcoin es solo parcialmente anónimo.
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